GARCÉS
“DISTORSÍON”
México y su cultura ancestral ejercen fascinación sobre la artista caleña Stephanie Garcés, quien vive, respira y siente esta conexión de forma más intensa desde que, hace siete años, decidió vivir en Ciudad de México.
Durante sus recorridos exploratorios por la capital y sus viajes a través de las regiones, nació su obsesión por los Hombres Pájaro de Papantla, una tradición que se remonta a más de dos mil años, en el territorio que ahora corresponde al estado de Veracruz.
En esta tradición, los indígenas totonacos rinden tributo al sol, para lo cual se arrojan (como si volaran en forma de pájaros, o de lluvia que cae sobre la tierra sedienta), desde el tope de un poste de 35 metros de altura, sin arnés y sujetados solo por sogas.
En su caída, que siempre le da 13 vueltas al madero, cuatro hombres que representan los cuatro puntos cardinales van formando -en una suerte de danza alada- figuras, entramados o trenzas sobre el poste que los sostiene, mientras suena un tambor de cedro y cuero, y el arrullo de una flauta de guadua. Las 13 vueltas multiplicadas por los cuatro hombres se traducen en el número 52, que representa las semanas del calendario prehispánico.
Garcés se inspira en este ritual lleno de repeticiones numéricas y ciclos, para tomar fotografías que luego interviene. Multiplica las figuras al vuelo, en una alteración de lo numérico, y también altera la profundidad de las imágenes para crear fondos infinitos en blanco y negro, colores contrastantes que dan un efecto surreal. Al tiempo que la artista inserta elementos exógenos a la escena, como espejos de agua, de tal suerte que la realidad visual se altera y se refleja, muta y se refracta.